Llega el verano, y con él una promesa de libertad, disfrute y descanso. Pero para muchas personas, esta estación trae consigo una sombra silenciosa: la presión de la imagen en redes. Cuando el cuerpo se expone más, también lo hacen las inseguridades. Bañadores, fotos en la playa, comparaciones constantes con cuerpos idealizados… todo parece recordarte que “no estás a la altura”.
Esta sensación no es superficial ni exagerada. Es una experiencia emocional profunda que puede dañar tu autoestima y, con el tiempo, derivar en trastornos como la dismorfia corporal. Por eso, desde PERSONALIFE Style, la Dra. en Psicología Marta Calderero ha desarrollado un enfoque específico dentro de las Sesiones para prevenir dismorfias, orientado a identificar y trabajar el impacto que tienen las redes sociales sobre la autoimagen, especialmente en épocas como el verano.
Cuando el cuerpo se convierte en una vitrina
Durante el verano, el cuerpo parece volverse protagonista obligado. Los escaparates, las campañas de marketing y, sobre todo, las redes sociales, proyectan una idea muy concreta de lo que es un “cuerpo veraniego”: delgado, bronceado, tonificado, sin marcas, sin complejos. Y aunque sabemos que esa imagen está filtrada, editada y seleccionada, muchas veces nuestro cerebro no distingue entre ficción y realidad emocional.
Ver a diario esos cuerpos “perfectos” en Instagram o TikTok puede despertar una autovaloración muy dura. Empezamos a medirnos, a compararnos, a evitarnos. Dejamos de ir a la playa, de hacer ciertas fotos o incluso de disfrutar del verano por sentirnos fuera de lugar.
La presión de la imagen en redes no solo genera malestar, sino que puede erosionar lentamente la relación con nuestro cuerpo.
Señales de alerta: ¿cómo saber si te está afectando?
Aunque no siempre es fácil identificar cuándo la insatisfacción corporal pasa a ser un problema emocional, hay ciertas señales que conviene observar:
- Cambios en tu estado de ánimo al ver fotos de otras personas.
- Evitación de actividades que impliquen mostrar el cuerpo (piscina, playa, ropa ligera).
- Comparaciones constantes con influencers o celebridades.
- Exceso de tiempo editando tus propias imágenes antes de publicarlas.
- Sensación de vergüenza o culpa al mirarte en el espejo.
- Obsesión con adelgazar o cambiar partes del cuerpo para el verano.
Estos síntomas pueden indicar que estás experimentando una relación conflictiva con tu imagen, y que la exposición a las redes está reforzando creencias y emociones dañinas.
¿Qué se trabaja en las sesiones para prevenir dismorfias?
Desde el servicio de Sesiones para prevenir dismorfias, la Dra. en Psicología Marta Calderero propone un espacio de acompañamiento psicológico que combina evaluación clínica, trabajo emocional y herramientas de autorregulación. El objetivo es ayudarte a reconstruir tu autoimagen desde un lugar de autenticidad, amabilidad y libertad, especialmente en contextos de alta exposición como el verano.
Identificar los mandatos estéticos interiorizados
Muchos de nuestros pensamientos negativos sobre el cuerpo no nos pertenecen: son mensajes aprendidos desde la infancia, reforzados por los medios y normalizados en redes. En terapia, se trabaja para reconocer y cuestionar esas ideas, devolviéndote la capacidad de mirar tu cuerpo desde tus propios valores.
Regular el consumo de contenido visual dañino
No se trata de desaparecer de las redes, sino de aprender a gestionarlas de forma más consciente. Esto incluye desde reducir el tiempo de exposición a ciertos perfiles hasta crear una red de referentes corporales reales, diversos y empáticos.
Fortalecer el vínculo con el cuerpo más allá de lo visual
La imagen corporal no es solo lo que ves, sino también cómo sientes y habitas tu cuerpo. Las sesiones integran prácticas para reconectar con tu dimensión sensorial, emocional y simbólica: desde ejercicios de autocompasión hasta técnicas de presencia corporal.
Diseñar un verano más amable contigo
Una parte fundamental del trabajo es redefinir tu experiencia del verano desde lo que te nutre y te da paz. Esto puede incluir recuperar el placer por nadar, volver a usar cierta ropa o simplemente darte permiso para estar sin juzgarte. El objetivo no es cambiar tu cuerpo, sino cambiar tu relación con él.
¿Por qué nos afecta tanto el verano?
El verano es la temporada de los cuerpos expuestos, sí, pero también de las miradas ajenas. Muchas personas sienten que al mostrar más piel, se muestran más vulnerables, y esto puede activar recuerdos, inseguridades o heridas emocionales.
Además, el bombardeo visual se intensifica. Historias, publicaciones, retos virales… todo parece invitarte a “mostrarte”. Pero si no te sientes cómoda con tu cuerpo, esto se convierte en una fuente de ansiedad constante.
Por eso es tan importante visibilizar el daño que puede causar la presión de la imagen en redes, especialmente durante el verano. No se trata de debilidad, sino de humanidad. Y merece ser atendida con cuidado y respeto.
Conclusión: tu cuerpo no es el problema, el problema es la comparación
El verano debería ser una oportunidad para sentirte más libre, no más evaluada. Si sientes que la presión de la imagen en redes te está robando la tranquilidad o el disfrute, recuerda que hay otra forma de vivir tu cuerpo: sin exigencias, sin comparaciones, sin filtros mentales que te digan que no eres suficiente.
En PERSONALIFE Style, la Dra. en Psicología Marta Calderero te acompaña a través del servicio Sesiones para prevenir dismorfias, para que puedas volver a habitar tu cuerpo desde el respeto, la compasión y la autonomía emocional.
Este verano, en lugar de esconderte, permítete ser. Contacta con PERSONALIFE Style y empieza a sanar tu imagen desde dentro.






